Un viaje al interior de la Tierra: Grutas Xoxafi, Hidalgo
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A poco más de dos horas de la CDMX en el municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo, se encuentran las grutas de Xoxafi que son muy distintas a lo que en general turísticamente hemos conocido, como por ejemplo las Grutas de Cacahuamilpa en el Estado de Guerrero que son muy visitadas.
Literalmente la aventura en Xoxafi es para adentrarse al interior de la Tierra, hacia abajo (de forma vertical) lo cuál significa cruzar el umbral de vencer miedos: nictofobia, claustrofobia, acrofobia. – No hay iluminación más que en ciertas zonas, se cruza por estrechos pasajes y acantilados interiores –
En ésta ocasión tomamos la ruta extrema que tiene de todo un poco, rappel, escalada, cruce de restricciones, tirolesa, etc. ¡sí! Todo adentro de la cueva.
El camino inicia con la entrada principal de la cueva donde el guía explica un poco la historia y el origen, viéndose que en general es una cueva poco estudiada aunque sí bastante explorada. Es una cueva muerta, es decir ya no tiene escurrimientos y en ella vive una colonia de inofensivos murciélagos que para variar casi desaparecieron por la actividad humana.
Este recorrido es imperdible para los amantes de la aventura, espeleología y para los que gustan admirar las creaciones impensables de la naturaleza. Pese a que mencioné que es una cueva muerta podemos admirar estalactitas, estalagmitas, estalagnatos (columnas), escurrimientos de sales sales en las paredes, bóvedas con el increíble “lomo de jaguar” y literalmente barrancas.
La cueva NO está iluminada, solamente existe iluminación tipo led en las partes más hermosas para poder admirar, por lo que es de aclarar que para ésta hazaña se necesita equipo especial (lámpara, casco, guantes, arnés, mosquetones, etc.) que ahí mismo se proporciona.
A pesar de que en el interior de la cueva hay que hacer rappel en caída libre, tirolesa, escalada y hasta gatear o arrastrarse, no es indispensable tener experiencia. Los guías en todo momento apoyan, instruyen y manejan altísimos niveles de seguridad. Lo único que se necesita es valor, atención, concentración y sí, al menos coordinación física.
Lo que pueda narrar en estas palabras es poco descriptivo porque la experiencia hay que vivirla. Los paisajes subterráneos son surrealistas, faltan ojos para ver más y memoria para grabarlo en el alma.
Te comparto ésta historia de la semana con la idea de sembrar la curiosidad y puedas acceder a la vivencia de conocer una pequeñísima faceta de nuestro planeta a unos 140m de profundidad.
Al salir de la cueva podrás hacer Tirolesa en unas líneas de casi 1KM para después tomarte una cerveza helada.
Para más información visita Grutas Xoxafi
Imágenes
Michel Duhart