Sonrisas
Sonrisas que nos alegran el alma. Una historia muy humana que nos invita a agradecer…
Sí, éstas son sonrisas de agradecimiento infinito, sonrisas que transmiten mucho. Gestos que no necesitan idioma para dar a entender que hay un futuro mejor.
Sonrisas de seres que vinieron a este mundo tal vez por accidente o quizás porque la pobreza y la vida así lo permitieron y sin embargo tienen una nueva oportunidad después de que estaban en manos de gente mala.
Tres mujeres y un hombre, cuatro guerreros que escriben una Historia Nueva con amor por los animales. Cuatro humanos que se aventuraron hacia un gran desafío: el de rescatar perros maltratados y bajo sus propios medios darles una vida mejor.
No son una fundación o alguna asociación. No los apoya el gobierno ni alguna entidad. Son ellos: Lyz, Mary, Noemí y Luis que hacen valer su condición de Humanos al responsabilizarse por 40 perritos que en general son de edad avanzada, de diversos tamaños y razas.
Perritos que nadie ha querido en adopción y que en algunos casos sus anteriores “dueños” deshumanizados querían dormirlos porque si. Hay otros que fueron rescatados de otros “humanos” que los ponían en peleas a muerte.
Estas historias de terror se anulan con la incansable búsqueda de bienestar para estos cuadrúpedos cuando sus actuales cuidadores hacen todo lo posible para conseguir recursos, pues el alimento, el techo y los veterinarios no se pagan solos.
Historia aparte es una perrita Pitbull que fue encontrada en una caja de cartón en la calle. Ella sufre de una rara enfermedad que no le permite asimilar proteína que no sea de origen vegetal, por lo cual tiene cuidados especiales que la han convertido en una perrita vegana.
Lyz, Mary, Noemí y Luis:
Estamos muy acostumbrados a las malas noticias todos los días, a saber y conocer de malas acciones de los humanos con los humanos mismos y por ende como consecuencia natural con animales y toda la naturaleza. Su historia es luz en la oscuridad y no hay otra cosa que hacer más que agradecerles.
Gracias por hacerme creer que aún hay esperanza en la Humanidad.
Sí, he repetido mucho esta palabra, pero esa es la idea, darnos cuenta que hemos estado viviendo en un episodio -aparentemente interminable- de falta de humanidad donde necesitamos revalidarnos todos los días a través de personas como ustedes.
Gracias por esas sonrisas que generan esperanza, que nos alegran el alma.
Mil gracias a ustedes.
Imágenes
Michel Duhart.