DIME LA VERDAD
Es tiempo de cuestionarnos.
La humanidad ha pasado momentos muy difíciles con la pandemia que despertó mucha incertidumbre y que actualmente pareciera que deja ver la luz al final del túnel. Al menos, el miedo de hace casi dos años pareciera no estar tan presente y queda ahora la bendición oculta de saber, que si observamos más detenidamente, podemos decodificar mucha enseñanza y mucho aprendizaje.
Del error hay que aprender.
Como humanidad hemos tenido un comportamiento reiterado de errores a todos los niveles, en todos los países y en básicamente todas las culturas, dónde el más básico de todos ha sido el desdén a la naturaleza.
A partir de ahí se genera una avalancha de consecuencias que nos afectan a todos: cambio climático, más pobreza, enfermedades, infelicidad, sufrimiento y así podría ahondar en más cosas negativas.
Si a todo lo anterior sumamos manipulación política y mediática; inoculación de ideas, dogmas o creencias externas, resulta que despertamos todos los días sin saber dónde estamos, quiénes somos, qué queremos ni a dónde vamos.
¿Cuál es la “verdad”?
Partiendo desde un lugar donde se asume que no existe una única verdad y que la realidad de cada persona es distinta y tiene que ver mucho con su historia personal, es innegable que estamos inmersos en un paradigma donde existen muchos poderes y fuerzas que desean generar percepción, manipulación y dirección para consumir productos y servicios o alinearse a tendencias políticas o dogmas de cualquier tipo. Es decir controlarnos.
Es tiempo de cuestionarnos.
Todas las mañanas me despierto y al observarme al espejo me pregunto ¿Quién soy yo? ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi misión? ¿Para qué sirvo? ¿Soy feliz? ¿Cuál es mi aporte al mundo y a la vida?
Develar la verdad o estas múltiples verdades implica cuestionar todo lo que creemos, todo lo que sabemos -o que creemos saber- y sacudir nuestras ideas.
¿Podría ser que vivo en la creencia equivocada?
¿Por qué no darle la oportunidad a la duda?
“La duda es uno de los nombres de la inteligencia”, decía Borges.
Creo que el ejercicio de vernos al espejo y no tener miedo de observar a fondo nos puede ayudar a descubrir algo de verdad.
¿Somos auténticos?
¿Soy producto de ideas externas?
Lo complicado es cómo encontrar esa luz de sabiduría para ir descubriendo un nuevo camino.
Es tiempo de cuestionarnos.
Pareciera que hoy en día hay una tendencia -especialmente en México- de ver con desdén todo lo referente a ciencia, cultura, academia, naturaleza, ecología. Es como si estuviéramos en una involución dónde ya no hay hambre de descubrir, conocer, aprender y crecer. Donde la mayoría se acomoda y acostumbra para recibir lo que llega de los medios y de los personajes de la política. Ese mismo desdén está presente en la cultura y en especial en la música.
Veo necesario acercarnos a la luz del conocimiento sin el temor de hallar cosas que no nos gusten, que rompan con nuestros pensamientos y comportamientos obsoletos.
Esa Luz es el símbolo de la esperanza, conocimiento, sabiduría, inteligencia, el poder sobre uno mismo, la vida y la verdad.
Como humanidad, damos muchos pasos hacia atrás cuando dejemos de cuestionarnos. Cuando permitamos asumir cosas sin comprobar, sin indagar y aceptamos ideas y “conocimientos” dirigidos con intencionalidad mezquina por otros.
¡Cuestiona, indaga, pregunta, duda, investiga!
Tenemos derecho a saber más. A acceder a un nivel superior de verdad y de consciencia. Más, que hoy en día hay información y conocimiento en todos lados.
No tenemos tiempo de sobra. La “comodidad” del paradigma impuesto está cobrando un desgaste innecesario en los recursos del planeta, en la polarización y separación de los humanos.
“La verdad os hará libres”
Libre es aquella persona que tiene la posibilidad de tomar decisiones y llevar a cabo acciones sin imposiciones externas.
Obsérvate al espejo y escúcha la imagen reflejada exigirte:
“Dime La Verdad”
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Imágenes y video
Michel Duhart.
