Descubriendo la Cueva Yorogana al posible paso del Tren Maya
Al recorrer la llamada zona cero del Tren Maya en Playa del Carmen junto con el amigo Salvaje Will, nuestro objetivo es dar a conocer al mundo lo que está pasando y lo que puede pasar. Aclaro que aquí nadie se opone al desarrollo, solamente queremos hacer las cosas bien. Esto es con todos los estudios obligatorios y necesarios, pues valoramos la ciencia y la ingeniería enfocadas al desarrollo humano.
Caminando en este “derecho de vía” tomado a la fuerza que abarca 60 metros de ancho -es de llamar la atención lo excesivo de éste- observamos huecos llenos de basura, cascajo, llantas, trazos de huecos o posibles ríos rellenados de tierra. Incluso creemos que se les pudo ir la maquinaria en esos lugares.
Existe una razón para esto y se trata del suelo Kárstico. En esta Historia Nueva ejemplificamos las características del suelo Kárstico y mostramos por que no es lo mejor -simplemente por seguridad- para ponerle un tren encima.
Estel suelo es sumamente inestable y eso implica rellenar y/o pilotear cuevas, ríos, cenotes, oquedades. Si dos tristes pernos tiraron la línea 12 del Metro ¿qué sucederá con los cambios inherentes al suelo kárstico?
Sí, leíste bien. El terreno en el que piensan construir es terreno SOLUBLE, y ese proceso de “karstificación” es el que genera las formaciones impresionantes, las cuevas y el mayor sistema de ríos subterráneos del mundo.
La cueva Yorogana casi recién descubierta y mapeada por ingenieros y biólogos de la talla de Roberto Rojo es uno de los primero posibles daños colaterales del trazo del Tren Maya. Es una cueva viva en la que se siguen creando formaciones y donde la cueva se sigue transformando.
El mayor riesgo de construir sobre suelo kárstico es que este puede colapsar en cualquier momento de forma aleatoria. ¿Y qué decir sin estudios de mecánica de suelos?
Lo importante es que estos fenómenos físicos y químicos que se generan en la naturaleza nos regalan un tesoro que aún tiene mucho por descubrir. Los invito a descubrir éste mundo subterráneo al que los Mayas le tenían tanto respeto y lo llamaban Xibalbá: el mundo subterráneo.
Imágenes y video
Michel Duhart.